Celebrating Community / Celebrando la comunidad

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In 2014 we were rehearsing two plays simultaneously; one was our production of Mike Kenny’s Walking the Tightrope, and the other was our community holiday production for our Teatro Del Pueblo project. The former was a professional production, with longtime union actors and stage managers. The latter was a community grant project designed to put amateurs onstage.  The former show would go on to win the coveted LA Drama Critics Circle Production of the Year Award, be co-produced by CTG at the Kirk Douglas Theatre, and enjoy a 9-city tour. The latter show, directed by the great Laurie Woolery (now at The Public Theater in NYC) would go on to save marriages and build families.

Both of these were meaningful and successful projects. But there was a difference, a big difference. Between professionals and amateurs, between cultures and priorities. Being in both sets of rehearsals, I noticed that the differences were quite stark. Our professional Tightrope rehearsals were efficient and we took union breaks when we were supposed to, even if we all just stood there staring at our phones during said break. The community rehearsals were just the opposite. They were overflowing with 20 plus community member actors and it was more like organized chaos. It was so difficult for Laurie to get TDP rehearsals started, because everyone was busy socializing and sharing food, that she dedicated the first half-hour of each rehearsal for just that purpose.

While the Tightrope professionals were happy to be cast in such a great showcase and morale was high in rehearsals, the community members seemed even happier to be there. As Tightrope rehearsals were ending, community members would often be arriving for their own rehearsal. The community members would make it a point to hug and kiss every individual in the room, staff included. It was so beautiful. And organic. And human. Our professional Tightrope actors didn’t do that. Why not, I wondered? Well, most people don’t hug and kiss every single colleague every single day when they arrive at work. But what I couldn’t shake was the irony that for professional actors who love this art form, doing a show is work. But for amateurs doing a show is fun. Pure joy.

When our two year grant for the Teatro Del Pueblo project expired and we had completed two different shows in Spanish, both written by Victor Vazquez (now at Arena Stage in Washington D.C.), we thanked our community actors for their role in this great project. “But what about next year?” they asked.  “Well, the grant is done,” I clarified. “It’s over. It was a 2-year project and now it’s over.” “But what about us?” asked a community member. And I realized at that moment, that we had a really invested group of people and that the only right answer for us was to continue to support them and thus this project, for the sake of community, funding or no. And so we have. And the group, which changes slightly from year to year, is still one big happy family. The contagious love that has driven this community project for the past 5 years goes far beyond the stage. When one of our Teatro Del Pueblo family members passed away unexpectedly this year, the rest of the group was there for the family, doing whatever they could to help. Having been onstage together made them all family.

Grants are supposed to help the participants. And this one did. Being onstage together improved lives and built family in this case. But this particular project benefitted 24th STreet Theatre even more than it did the participants. Because we at the theatre are the beneficiaries of all that love. We get the kisses and hugs of every member of the community who participates. Every time there’s a Teatro Del Pueblo rehearsal, everyone at the theatre gets at least 20 kisses. At least.

Join us for this year’s Teatro Del Pueblo production of  La Víspera, by Victor Vazquez, Dec 13-16,

Starring members of our community. Tickets are $2.40 (which includes tamales and a piñata)

En 2014 estábamos ensayando dos obras a la vez, una fue nuestra producción de Walking the Tightrope de Mike Kenny, y la otra fue nuestra producción de los días festivos del fin del año para nuestro programa de Teatro del Pueblo. La primera era una producción profesional, con actores y jefes de foro con mucha experiencia que pertenecen al sindicato. La otra fue un proyecto de la comunidad, financiado por una subvención, y diseñado para poner a aficionados en el escenario. El espectáculo anterior ganaría el codiciado premio de la Producción del Año del Círculo de Críticos de Drama de Los Angeles, será coproducido por CTG en el Teatro Kirk Douglas y disfrutará de un recorrido por 9 ciudades. El otro espectáculo, dirigido por la gran Laurie Woolery (ahora en The Public Theatre en Nueva York) continuaría para salvar matrimonios y construir familias.

Ambos fueron proyectos significativos y exitosos. Pero había una diferencia, una gran diferencia. Entre profesionales y aficionados, entre culturas y prioridades. Estando en ambos ensayos, me di cuenta de que las diferencias eran bastante marcadas. Nuestros ensayos profesionales de Walking the Tightrope fueron eficientes y tomamos descansos requeridos por la unión, aunque muchas veces nos quedábamos allí mirando nuestros teléfonos durante estos descansos. Los ensayos comunitarios fueron todo lo contrario. Estaban llenos de más de 20 actores, todos miembros de la comunidad, y era más como un caos organizado. Para Laurie fue tan difícil comenzar los ensayos de TDP, porque todos estaban ocupados socializando y compartiendo comida, que dedicó la primera media hora de cada ensayo solo para ese propósito.

Mientras los profesionales de Tightrope estaban felices de estar en un gran espectáculo y la moral era alta en los ensayos, los miembros de la comunidad parecían aún más felices de estar allí. A veces, a medida que terminaban los ensayos de Walking the Tightrope, los miembros de la comunidad llegaban para su propio ensayo. A los miembros de la comunidad, le importaban mucho abrazar y besar a cada individuo en la sala, incluso los empleados del teatro. Fue tan hermoso. Y orgánico. Y humano. Nuestros actores profesionales no hicieron eso. ¿Por qué no, me pregunté? Bueno, sé que la mayoría de las personas no abrazan y besan a cada colega todos los días cuando llegan al trabajo. Pero lo que no pude evitar fue la ironía de que para los actores profesionales que aman esta forma de arte, hacer un espectáculo es un trabajo. Pero para los aficionados hacer un show es divertido. Pura alegría.

Cuando nuestro subsidio de dos años para el proyecto de Teatro del Pueblo expiró y habíamos completado dos espectáculos diferentes en español, ambos escritos por Victor Vázquez (ahora en Arena Stage en Washington DC), agradecimos a los actores de la comunidad por su papel en este gran proyecto. "¿Pero qué hay para el próximo año?” Preguntaron. "Bueno, la subvención esta hecho,” aclaré. "Se acabó. Fue un proyecto de 2 años y ahora se terminó.” “¿Pero qué tal nosotros?” Preguntó un miembro de la comunidad. Y en ese momento me di cuenta de que teníamos un grupo de personas realmente invertido y que la única respuesta correcta para nosotros era seguir apoyándolas y, por lo tanto, este proyecto, por el bien de la comunidad, con fondos o no. Y así lo hemos hecho. Y el grupo, que cambia ligeramente de un año al otro, sigue siendo una familia larga y feliz. El amor contagioso que ha impulsado este proyecto comunitario durante los últimos 5 años va más allá del escenario. Cuando uno de los miembros de nuestra familia del Teatro del Pueblo falleció inesperadamente este año, el resto del grupo apoyaba a la familia, haciendo todo lo posible para ayudar. Haber estado en el escenario juntos se los habían convertido en una familia.

Se supone que las becas ayudan a los participantes. Y esta subvención realizó esto. Estar juntos en el escenario mejoró la vida y construyó una familia a través de esta programa. Pero este proyecto en particular benefició a Teatro 24 también, aún más que a los participantes. Porque nosotros en el teatro somos los beneficiarios de todo ese amor. Recibimos los besos y abrazos de cada miembro de la comunidad que participa. Cada vez que hay un ensayo del Teatro del Pueblo, todos nosotros aquí en el teatro recibimos por lo menos 20 besos. Por lo menos.

Únase a nosotros para la producción de La Víspera del Teatro del Pueblo de este año, escrito por Victor Vázquez, del 13 al 16 de diciembre,

Protagonizada por miembros de nuestra comunidad. Los boletos cuestan $ 2.40 (que incluye tamales y una piñata)

Jay McAdams