SAFE Space/Espacio seguro

by Jay McAdams

It was said/tweeted after the cast of Hamilton famously addressed Mike Pence in their curtain call, that “the Theater must always be a safe and special place.” On that we all agree. And it is. But what we Americans no longer agree on is the meaning of the word “safe”.

Some Americans believe that “safe” art refers to art that won’t offend anyone or make anyone feel uncomfortable in any way. That point is made every few years when conservative politicians fight to defund our national Endowment for the Arts (which is happening again, by the way). Remember the NEA Four in 1990 and the huge controversy about “indecency” because of the works of Serrano and Mapplethorpe? Some truly believe that art shouldn’t be offensive, which is fine, but it doesn’t mean that they are speaking from an informed position. Those people aren’t artists. I don’t know one single artist in any discipline who believes that art should not offend people. Not one. I’ve never heard a professional artist argue that art should not dare to offend. Only those who are offended make that argument, because to think this way is simply not to understand art at all. Art is actually intended to provoke you and make you feel something. This philosophy is at the core of most artistic training, as it has been for centuries around the globe.

Yet there are still plenty in the U.S. who think that art should not offend, or question religion, or be vulgar or obscene. There are plenty of feel-good musicals and TV shows with no objectionable material whatsoever that are merely created for entertainment and some people think that’s what all art should be. But I challenge those folks to think of the movie, play, song, poem, painting, sculpture, TV show or book that has impacted them most profoundly. Everybody has at least one, and most of the time it was not a frivolous piece of fluff that grabbed you and brought you to your knees. When I saw the epic movie Boyhood, it touched me so deeply that I ran straight to the Men’s room at the Arc Light Cinema in Hollywood and sobbed uncontrollably. I cried for hours. That movie clearly touched some primal chord in me, from my own experiences as a child of divorce, and just knocked me off my feet. Yes, it was uncomfortable to be so affected, but it was also cleansing and cathartic, as is powerful art. Some people wouldn’t like a movie that made them cry because they don’t like to cry, while I’d say it was a great movie to have left me so utterly devastated. And I can think of many examples of art that some would consider obscene but that I would consider to be masterpieces. So I cannot challenge enough the notion that art should be “safe” from offending or disturbing or provoking its audience. Great art provokes its audience and makes them feel. Period.

Another reason that the live theatre is indeed a “safe” place is that everyone is accepted in the Theatre. In normal times no Broadway cast would’ve addressed a political figure at the curtain call, but this is no ordinary time because literally half the country considers us to be in a national state of emergency. That’s why the Pence event was so extraordinary. But Pence aside, in general terms, it doesn’t matter whether you’re conservative or liberal, gay or straight, Muslim or Catholic or atheist, you are welcome in the theatre because it is such an accepting environment. That’s why there were so many outcasts in high school drama, right alongside a few of the more popular kids. The outsiders are attracted to theatre because they’re accepted there, unlike the football team or the cheerleading squad. Theatre is a place they fit in because the art form is such a team sport that they bond powerfully with their fellow thespians in a way that is rare in our society. So a popular cheerleader who would never be caught in the school hallway talking to a particular nerd would become that nerd’s best friend when they’re onstage together. Theatre is simply one of the most loving and accepting places to be, especially in hostile times like these. So after 2500 years of performances around the world, the live theatre remains one of the “safest” places on earth.

As for live theatre being “special”... well that goes without saying/tweeting.

 

por Jay McAdams

Se dijo / o se tuiteó después de que el elenco de Hamilton, famosamente se dirigiera a Mike Pence en su presentación inicial, que "el teatro siempre debe ser un lugar seguro y especial." En eso todos estamos de acuerdo. Y así es. Pero en lo que los estadounidenses ya no estamos de acuerdo es en el significado de la palabra "seguro".

Algunos estadounidenses creen que el arte "seguro" se refiere al arte que no ofenderá a nadie, ni hará que nadie se sienta incómodo de ninguna manera. Ese punto se hace cada tantos años cuando los políticos conservadores luchan por reducir los fondos de nuestra Fundación Nacional de las Artes (lo que está sucediendo de nuevo, por cierto). ¿Recuerdan la NEA Cuatro en 1990 y la enorme controversia sobre la "indecencia" a causa de las obras de Serrano y Mapplethorpe? Algunos realmente creen que el arte no debe ser ofensivo, lo cual está bien, pero no significa que estén hablando desde una posición informada. Esas personas no son artistas. No conozco a un solo artista en ninguna disciplina que crea que el arte no debe ofender a la gente. Ni uno. Nunca he oído a un artista profesional argumentar que el arte no debe atreverse a ofender. Sólo aquellos que están ofendidos hacen ese argumento, porque pensar de esta manera es simplemente no entender el arte en absoluto. El arte realmente tiene la intención de provocarte y hacerte sentir algo. Esta filosofía está en el centro de la mayoría de las formaciones artísticas, como lo ha sido durante siglos en todo el mundo.

Sin embargo, todavía hay mucho en los Estados Unidos que piensan que el arte no debe ofender, cuestionar la religión, o ser vulgar u obsceno. Hay un montón de musicales que te hacen sentir bien y programas de televisión sin ningún tipo de material objetable que son simplemente creado para el entretenimiento y algunas personas piensan que eso es lo que todo el arte debe ser. Pero reto a esa gente a pensar en la película, el juego, la canción, el poema, la pintura, la escultura, la demostración de la TV o el libro que le ha impactado más profundamente. Todo el mundo tiene al menos uno, y la mayoría de las veces no fue una pieza frívola sin sentido que te tocó y te hizo caer de rodillas. Cuando vi la película épica "Boyhood", me tocó tan profundamente que corrí directamente al baño en el cine "Arc light" en Hollywood y lloré incontrolablemente. Lloré durante horas. Esa película claramente tocó un fibra primordial en mí, algo de mis propias experiencias como un niño con padres divorciados y simplemente me sacó el piso. Sí, era incómodo sentirse tan afectado, pero también era purificador y catártico, como lo es un arte poderoso. A algunas personas no les gustaría una película que los hizo llorar porque no les gusta llorar, mientras que yo diría que fue una gran película porque me dejó tan devastado. Y puedo pensar en muchos ejemplos del arte que algunos consideran obscenos pero que yo consideraría obras maestras. Así que no puedo estar más en desacuerdo con la noción de que el arte debe estar "a salvo" de ofender o molestar o provocar a su audiencia. El gran arte provoca a su público y les hace sentir, punto.

Otra razón de que el teatro es realmente un lugar "seguro" es que cualquier persona es aceptada en el teatro. En épocas normales ningún elenco de Broadway se habría dirigido una figura política en la presentación inicial de la obra, pero éste no es un tiempo ordinario porque literalmente la mitad del país considera que estamos en un estado de emergencia nacional. Es por eso que el evento Pence fue tan extraordinario. Pero haciendo a un lado a Pence, en términos generales, no importa si eres conservador o liberal, homo o heterosexual, musulmán o católico o ateo, tú eres bienvenido en el teatro porque es un ambiente de aceptación. Es por eso que había tantos parias en la clase de teatro de la escuela secundaria, junto a algunos de los niños más populares. La gente extraña se siente atraída por el teatro porque es aceptada allí, a diferencia del equipo de fútbol o del equipo de porristas. El teatro es un lugar en el que ellos encajan porque esta forma de arte es un deporte de equipo dónde se unen poderosamente con sus compañeros actores de una manera que es rara en nuestra sociedad. Así que una porrista que nunca agarrarías en el pasillo de la escuela hablando con un nerd en particular, se convertiría en la mejor amiga del nerd cuando están juntos en el escenario. El teatro es simplemente uno de los lugares más cariñosos y acogedores, especialmente en tiempos hostiles como éstos. Así que después de 2500 años de presentaciones en todo el mundo, el teatro sigue siendo uno de los lugares "más seguros" en la tierra. En cuanto a que si el teatro es "especial"... bueno, eso es, sin necesidad de decirlo o tuitearlo.